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VISITAR Copenaghen : INFORMACION
PEQUEÑA
GU?A
Hace cinco siglos, cuando
el Rey Cristiano II se sentó en el trono,
Copenhague pasó a ser la capital del imperio escandinavo,
que comprendería Dinamarca, Suecia y Noruega.
Antes los guerreros vikingos poblaban estos lugares y salieron
al mar, para descubrir sitios como América siglos antes
que Colón. Copenhague no es un lugar para turistas
normales, o por lo menos no solo para ellos, ya que esta
ciudad invita a una odisea personal, pasando por la vida
de sus ciudadanos más famosos,
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Kiekegaard y H.C.
Andersen, Karen Blixen. Distanciados
los unos de los otros tanto como el existencialismo de un
cuento de hadas, y la nostalgia y los sueños (los primeros
con los segundos, que por cierto, se desprecian mutuamente). Hoy
en día, ha desaparecido el "imperio del norte" y Copenhage es la
capital solamente del reino de Dinamarca, y Margrethe
II se sienta discretamente en su trono, en su juventud decía
que sufría por el total de 184 centímetros de estatura que tenía,
por lo que el tribunal prohibió referirse a ella como "su alteza".
Su vergüenza duró hasta que encontró un conde francés, de nueve
centímetros más que ella, Henri Le Borde
de Montepaz, que rápidamente se convirtió en su marido
y por lo tanto, príncipe consorte. Con su ayuda se ha traducido
al danés el romance de Simone de Beauvoir.
La reina de Dinamarca no hace sentir su presencia en el Parlamento,
ejerce un encuentro formal semanal con los ministros, ya que es
una obligación del estado que lo haga voluntariamente. Nunca más
allá de lo necesario y sin meterse en temas mundanos. En compensación
se ocupa del teatro, las escenografías, el arte y la literatura,
él se dedica al diseño y hace todo lo posible para desarrollar las
artes, gracias a eso Copenague fue elegido en 1996 la Capital
Europea de la Cultura.
Con
no más de un millón y trescientos mil habitantes, Copenhague,
por citar al más conocido escritor danés contemporáneo, Peter
Hoeg, dijo "crece poco a poco de los alrededores, su tamaño
hace que sea tan fácil como un pequeño pueblo, pero sin dejar de
lado la importancia de una metrópoli". Es una ciudad, a fin
de cuentas, a escala humana, sobre todo en primavera y otoño, cuando
las heladas del invierno se derriten bajo el solo y la gente comienza
a salir de los refugios para utilizar la calle hasta altas horas
de la noche.
Radhusspladsen
es la plaza principal de Copenhague, la Times Square de esta ciudad,
con los jardines de Tivoli y la estación central
al suroeste. La principal calle comercial de la capital, Strøget,
es al parecer la calle peatonal más larga del mundo. A partir de
aquí y en dirección noreste está Kongens Nytorv y
Nyhavn. Al norte están las residencias reales y los bulevares
principales de Fredeiksstaden y Rosemborg. Al sureste
de Støget está Slotholmen, la isla de forma cónica
que está rodeada por el centro histórico de Copenhague.
Esta,
tan llena de vida como la encontró Hans Christian
Andersen cuando llegó allí con 14 años desde su ciudad natal
Odense una mañana de septiembre en 1879: "El murmullo
y el movimiento tranquilo que había era, para mi, lo más grande
de la ciudad". En aquella época, cada noche, las peurtas de
la ciudad se cerraban y el rey personalmente custodiaba las llaves
hasta por la mañana. Hoy en día este ritual ya no existe, pero la
ciudad de Copenhague no ha cambiado mucho desde la que se encontró
el jóven Andersen, que escribió unos cuantos cuentos de hadas de
fama mundial, entre ellos
"La
Sirenita", que era la hija del rey del mar y que enamora
a un príncipe de la tierra. El escultor
Edvard Eriksen tiene un estilo melancólico para moldear
el bronce, colocado sobre una roca y contemplando el horizonte podemos
ver el símbolo de Copenhague. con los años descubrí que Andersen
llevaba en sus venas la escritura de fábulas, un curioso tipo que
comenzó a pasear por las calles. "Maravillosa, maravillosa Copenhague,
la dulce Reina del Norte", escribió Soren Kierkegaard,
un filósofo existencialista que tenía un conflicto consigo mismo,
era un gran seductor, torturado por sus dudas religiosas. La mayor
contradicción de Copenhague son sus grandes cambios estacionales,
Kierkegaard y Andersen eran el blanco de los caricaturistas
daneses fantasmas
(padres
de los que actualmente han enfurecido al mundo árabe) y como ya
hemos dicho se atacaban mutuamente entre ellos.
El primer artículo publicado
por Kierkegaard contenía una mordaz crítica de la novela de Andersen,
Nient'altro, un romance ambulante escrito
el año anterior. Esta fue por su parte una respuesta a la provocación
del novelista en la fábula Calosce de la
fortuna (1838) que había colocado un personaje con nariz de
ave exótica deformada, seguramente por sus tonterías filosóficas.
Era un loro que había divertido tanto a los lectores de Copenhague
porque les recordaba a un estudioso llamado Kierkegaard. Hubo muchos
roces entre los dos grandes personajes públicos con algunas cartas,
varias de ellas sensacionales, pero al final acordaron los dos la
tregua con total discreción, enviando un libro con la dedicatoria
de Andersen a Kierkegaard, y al revés seis años más tarde.
La
realización de la estatua de La Sirenita a la entrada del
puerto de Copenhague fue uno de los grandes homenajes que tuvo la
ciudad hacia Andersen, solo mide 1.25 metros de altura y fue encargada
en 1909, para mostrarse por primera vez en 1913. Carl
Jacobsen, el propietario de la marca de cerveza Carlsberg,
y un gran amante y promotor de las artes, la encargó a Edward
Eriksen tras asistir al ballet que lleva el mismo nombre
de la fabula escrita por Hans Beck, con música de Henriques Fini.
Eriksen, llevó a su mujer como modelo, razón por la que se convirtió
en eterna. La reputación de la escultura creció con el tiempo, también
gracias a los actos vandálicos desde la primera vez que los sufrió.
El primero y más famoso ocurrió en 1964 cuando unos "artistas" del
movimiento situacionista, un movimiento de los años 50 de
tendencias marxistas, le quitaron las cabeza a la pequeña sirena,
y esta nunca se recuperó. Dados esos actos vandálicos acabó por
sustituirse por una copia. Tras este primer acto hubo varios incidentes
que condujeron a la decisión de sustituirla por un único bloque
metálico moldeado. Recientemente esta pequeña estatua fue la embajadora
de Dinamarca en la Expo de Shangai.
El
Copenhague de nuestros tiempos también es la capital de los sistemas
ecológicos, tecnológicos, creativos y acogedores. Esta pequeña ciudad
de medio millón de habitantes se ha transformado para ser la capital
europea de la "economía creativa", que combina tecnología,
talento y diversidad. Tiene el récord europeo de los graduados,
con más de un tercio de los residentes en posesión de una licenciatura.
Dos tercios de su población trabaja en el campo de las tecnologías,
las turbinas de viento se pueden ver por toda la costa en todo el
país. Esta es una apuesta que ya ha hecho efectiva. De hecho Dinamarca
produce el 45 por ciento de la energía generada por turbinas eólicas
de todo el mundo, y el 90 por ciento de las que están en alta mar.
Copenhague ha invertido mucho en este campo y ahora es uno de los
puntos más prestigiosos de investigación medioambiental.
Otro
de los atractivos de Copenhague son los Jardines de
Tivoli, abiertos en 1843 son toda una institución nacional.
A pesar de ciertas trifulcas, el encanto oriental de este parque
llena el lugar. Entre las atracciones más modernas está una vieja
montaña rusa, que incluye inspiraciones en sus elementos como la
espiral, cerca del Lago de Tivoli, de Poul Henningsen
en 1949. Al caer la noche, la parte turca del Restaurante
Nimb está ligeramente iluminada, cerca de la silenciosa fuente
inspirada por Niels Bohr, el
danés
que fue Premio Nobel de la física.
El Teatro de
la Pantomima, de estilo chino, alberga unos espectáculos
relacionados con la comedia del arte. La atracción más poética de
este antiguo parque del ocio es la casa llamada Den Flyvende
Kuffert (de la homónica fábula Il Baule Volante) donde a
bordo de un juguete se entra en el mundo de los cuentos de hadas
de Hans Christian Andersen: La Sirenita, La princesa
y el guisante, el Patito Feo, la Pequeña Cerillera, el Traje nuevo
del Emperador, el Intrepido Soldado de Plomo, Acciarino magico,
y otros muchos. No olvides realizar esta visita.
Hablando de Premios Nobel, la
ciudad tiene el record de premios Nobel de la ciencia. Por si no
lo has leido nunca en algún sitio, Copenhague significa "puerto
del comercio", y siempre ha estado marcada por la cultura y el arte.
La tolerancia es lo que lo distingue de Nyhavn, todas las
casas de colores están colocadas con vistas al mar, donde los barcos
están amarrados. En
Christiania,
"la ciudad hippy" surgió a principios de los años setenta, y aún
sigue allí, los murales han ido desapareciendo, al igual que su
gente, sus nuevos mercados y clubes hacen especular sobre un probable
anuncio de que acabe siendo parte del barrio "fighetto". Pero sin
agresividad y con discrección. A la danesa, como tiene que ser.
Desde
el punto de vista cultural, como ya hemos visto, Copenhague ofrece
mucho. No te puedes perder la Ny Carlsberg Glypotek y la
Nationalmuseet. La primera es una galería fundada a finales
de los años 1800, cuando el magnate de la cerveza Carlsberg, Carl
Jacobsen, (que habíamos visto previamente al hablar de la escultura
de la Sirenita) ofreció grandes colecciones de arte del Cercano
Oriente y del Mediterráneo. La parte principal del museo es el hermoso
Jardín de Invierno, coronado por una cúpula de cristal que alberga
sarcófagos romanos y esculturas danesas contemporáneas además de
gigantescos árboles tropicales. Los pintores franceses del siglo
XIX están en un pabellón construido en 1996.Esta
colección incluye pintores
impresionistas
de la talla de Jacques-Louis David, Monet, Pissarro, Renoir,
Degas y Cézanne, además de post impresionistas como Van Gogh,
Toulouse-Lautrec y Bonnard. La colección de esculturas de
Rodin es la más importante de este artista fuera de Francia.
El Nationalmuseet es un edificio de cuatro plantas que ofrece
una visión general de la historia de la cultura en Dinamarca y el
mundo, tiene una gran colección etnográfica y un plano completo
que va desde la antigüedad clásica hasta Oriente Medio. Algunos
de los artefactos tienen particular interés como los que tienen
más de 3000 años, así como algunas prendas de vestir, monedas, joyas,
adornos de plata vikingos, anorak de piel de foca de cazadores
esquimales o una metopa del
friso exterior del Partenón, que fue comprada por un funcionario
de la marina danesa en el siglo XVII. La entrada es gratuita.
La
isla de Slotsholmen es el corazón histórico y geográfico
de Copenhague, donde el Obispo Absalon construyó un
castillo de piedra en el año 1167, el que sería núcleo de la futura
ciudad, y de hecho la red de calles de la ciudad evoluciona desde
allí desde el siglo XII. En el centro está Christianborg
Slot, una versión del siglo XX del palacio construido por
el rey Cristiano VI en 1730, actual sede del Parlamento Danés, el
salón de la Audiencia Real y
una interesante exposición sobre las ruinas de la fortaleza original
de Absalon. En el lado norte del complejo está el Christiansborg
Slotskirke, construido en 1826, y el Museo Thorvaldsens,
dedicado
al gran escultor danés que estuvo un largo tiempo en
Roma, Bertel
Thorvaldsen (1770-1844), única persona no católica admitida
en la Fábrica de San Pedro. En
nuestra visita al Museo Tøjhusmuseet veremos una de las colecciones
más grandes en el mundo de armas y cañones de toda la historia.
Un poco más allá hay un jardín
tranquilo que nos lleva a las mejores colecciones de la Kongelige
Det Bibliotek (Biblioteca Real), la biblioteca más
grande de toda Escandinavia. Es un lugar tranquilo al que ir si
el tiempo lo permite, puedes hacer un picnic bajo la sombra de un
árbol, ir a la fuente o ver la variedad de estatuas, entre ellas
la de Søren Kierkegaard, que guarda el sitio donde la que fuera
su mujer y musa de la historia de amor con problemas, Regine
Olsen, viviera durante un tiempo. La Kongelige Det Bibliotek
es un edificio inspirado en un palacio veneciano, con grandes ventanales
curvos y delgadas columnas, construido en 1906 para albergar la
gran colección real que inició Federico III hacía
más de dos siglos y medio. El mejor día para visitar el Slotsholmen
es el domingo, cuando todos los edificios y exposiciones están abiertas.
Lo
mejor para explorar el Strøget es la calle peatonal más famosa
de la ciudad, a media mañana, momento en que el flujo de viajeros
es constante partiendo desde Radhuspladsen, la plaza del
ayuntamiento y Radhuset, un edificio de finales del XIX.
Strøget se extiende al nordeste de la plaza y está constituido por
varias calles que se entrelazan. A la hora de la comida, las cafeterías,
restaurantes y las calles adoquinadas están llenas de gente y artistas
callejeros. Para huir de las multitudes se pueden tomar las calles
laterales de las cuales creció la vieja
Copenhague.
Para continuar el viaje por los últimos siglos se puede visitar
el Barrio Latino, que va a ocupar prácticamente todo
el perímetro de la Universidad de Copenhague,
un área mayoritariamente peatonal y con edificios del siglo XV,
cafeterías, clubes, tiendas y bibliotecas. Como el homónimo barrio
de París, llamado así porque antiguamente en las universidades
el latín era la lengua más utilizada.
Los edificios en esta zona eran
en realidad reconstrucciones fieles del rey "arquitecto"
Cristiano
IV, después de que un gran incendio destruyera buena arte
de Copenhague en 1728. Esta zona es perfecta para descansar y tomarnos
un aperitivo, una cerveza o pasar el rato en una biblioteca. El
Strøget sigue a lo largo de la Ny Østergade y acaba
en Kogens Nytorv, flanqueada por el norte por unas
calles llenas de tiendas y restaurantes. Las tiendas más elegantes
de toda la ciudad están en Købmagergade, donde también está
el Museo dell'Erotismo, un museo erótico. Si estas
en esta zona y quieres ver todo el panorama de la ciudad, en esta
misma calle encontrarás el Rundetårn, una torre redonda construida
en el 1642 por Cristiano VI, es el observatorio más
antiguo aún en funcionamiento de Europa, y tiene 35 metros. Se llega
arriba subiendo 209 metros de rampa en espiral.
La
parte norte del canal Nyhavn está caracterizada por un ambiente
relajado y popular, la antigua zona portuaria (incluso si su nombre
significa Puerto Nuevo) tiene una gran cantidad de casas de estilo
holandés el siglo XVII y XVIII y un gran número de visitantes locales
sentados a lo largo del muelle para disfrutar del sol. Hans Christian
Andersen vivió en Nyhavn durante 18 de sus años. Desde aquí
salen visitas turísticas en barco por todos los canales. A la vuelta
de la esquina, está la imponente Bredgade, el humor cambia
por las grandes referencias a la herencia histórica de la ciudad.
Frederiksstaden, diseñado por el arquitecto de la corte
Nicolai Eigtved, en tiempos de Federico IV a mitad
del siglo XVIII, cuenta con muchos palacios e iglesias, como la
residencia real de Amalienborg Slot, y resto de una
antigua fortaleza, el Kastellet. El museo más interesante
de esta zona es el Frihedsmuseet, que recuerda la residencia
danesa de los nazis, y el Kunstindustrimuseet, con sus colecciones
de arte.
El
Palacio de Amalienborg Slot es en realidad un conjunto de cuatro
edificios de estilo rococó que rodean una plaza octogonal que tiene
en el centro un monumento ecuestre de Federico V del
escultor francés Jacques-François-Joseph
Saly. Al principio de esta plaza, concebida en 1749 por el mariscal
de la corte Conde Adam Gottlob Moltke, como
un jardín en el interior del barrio residencial ideal. Los cuatro
edificios estaban ocupados por cuatro familias aristocráticas, pero
tras el incendio del Palacio de Christiansborg del 1794, la familia
real lo adquirió y se estabilizó allí.
Al oeste
de la Frederiksstaden está el Rosemborg Slot, construido
por Cristiano IV en el siglo XV. El castillo está
lleno de extravagantes accesorios, como alfombras y baratijas, y
rodeado por el Kogens Have (el Jardín Real). Al noroeste
se encuentran dos galerías de alto nivel: el Statens Museum for
Kunst que tiene una colección nacional de arte europeo, y el
menos conocido pero encarecidamente recomendado Den Hirschsprungske
Samling, con un paseo por todo el arte danés de los últimos
dos siglos.
Con
torreones de fábula y leones de piedra guardando la entrada, el
Rosenborg Slot fue construido como residencia de verano entre 1606
y 1634, tiene 24 habitaciones en un total de tres plantas. Por aquel
momento estaba rodeado por un gran jardín (hoy en día el parque
Kongens Have), en la zona verde tranquila que hay a las afueras
de la capital danesa. Este castillo fue el favorito de Cristiano
IV y, como otros muchos reyes después de él, lo utilizó como su
residencia principal. Cuando estaba en su lecho de muerte, en el
Castillo de Frederiksberg en 1648, ordenó que se le trajera
aquí, donde finalmente murió.
La mayoría de las habitaciones
mantienen el diseño original del renacimiento que tiene la residencia
de Cristiano IV, mientras que el resto fue incluido por otros reyes
más adelante. El último rey que vivió allí permanentemente fue
Federico IV. El castillo es único por su tradición
como museo, se inició durante la guerra sueco-danesa entre el 1657
y 1660. En Rosemborg Slot también se guarda el tesoro real desde
1658. En el sótano, dentro de las puertas de seguridad están fuertemente
custodiadas las joyas de la corona danesa, en el apartamento privado
de Cristiano IV está su ropa sangrienta desde la batalla naval
de Kolberger Heide (1644) donde el rey perdió un ojo. Fue decisión
suya que estas ropas se guardasen como reliquias nacionales.
Futuro, presente y pasado interactúan
a todas horas en la capital danesa, el Castillo de Kronborg,
en la vecina Helsingør, está la casa en la que William
Shakespeare ambientó la historia de Hamlet, cercad
e allí está el castillo de Fredensborg, residencia
de verano de la realeza danesa. En Hillerød, la Fortezza
di Frederiksborg está formada por un complejo de edificios
suspendidos en medio de un lago encantado, donde la historia ha
elegido investir a la monarquía.
Dinamarca
y Suecia están ahora más cerca gracias al puente de
Øresund,
que es una gran pieza de la ingeniería. De Kastrup, al sur
de Copenhague, sale un túnel que acaba en una isla artificial y
tiene más de cuatro kilómetros de largo, se encuentra justo en medio
del agua del Mar del Norte, que divide los dos países escandinavos.
El puente está suspendido sobre el mar y tiene dos pisos, uno para
los trenes y otro para los coches, después de cerca de 15900 pies,
a menos de 30 minutos (considerando los límites de velocidad establecidos)
se llega directamente a Malmo, en Suecia. Esta conexión ha
sido una gran impulsora para el crecimiento económico y turístico
de la región de Oresund, un área que comprende el noreste
de Dinamarca y la parte Sur de Suecia, Escania.
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